¿Punto y aparte?

Con la garantía de la “Factoría Sánchez”..., ¿algo que dudar?.
¿Le bastará el gesto o la modulación de la voz para dar crédito a su palabra?.
Los hechos, que hablan otro lenguaje, manifiestan que estamos más bien ante un “Punto y
seguido”. Él sigue a lo suyo. Todo parece indicar que no ha venido a la política de paso, sino
para quedarse, como Abálos, pero más.
Quizá ahora detecte el hartazgo de la verdadera mayoría social, y se apure a elevar el muro de
su alcázar, y reclame a sus incondicionales el regreso a las barricadas y trincheras, mientras se
animan cantando el “no pasarán”.
¿Cuánto tardará en designar a quienes se ocuparán de convencernos de lo que es cierto o
falso, y de impedir cualquier información dispar?.
¿Superará la realidad a la ficción en las medidas que tomará para cortar de raíz las
“interferencias” al poder? ¿Quién osará contravenir, limitar o controlar lo que el pueblo
soberano ha decidido?. ¿No es esta una artera manera de identificar, subliminalmente, pueblo y
presidente?. ¿Qué importa lo prometido, y si se ha ganado o perdido la elección?.
Con tantas prisas y ajetreo su atuendo democrático se ha ido haciendo jirones, dejando al
descubierto su talante real. El propio del socialismo más rancio, que acepta la democracia sólo
mientras le sirva para alcanzar el poder.
¿Se acaba el tiempo de sumisión al “piiiiii... amo”?. ¿Cuánto tardará la ciudadanía en poner el
Punto y Final a su ambición y su plan?

Francisco Javier Lage Ferrón